Querido diario, continuamos!!!!
Día 2:
Fecha de la actividad: 27 de octubre de 2017.
Nombre del juego: Fantasma Blitz.
Editorial: Devir.
Autor: Jacques Zeimet.
Ilustrador: Gabriela Silveira
Edad: de 8 años en adelante. Estas son las recomendaciones del juego, pero se puede adaptar de muchas maneras para que jueguen niños más pequeños, como hemos hecho en este caso.
Número de jugadores: de 2 a 8 jugadores. También son recomendaciones, pero se puede adaptar según las circunstancias, como en nuestro caso.
Tiempo estimado: entre 20 y 30 minutos. Me reitero, lo que indican las instrucciones, depende de cómo llevéis a cabo el juego.
Componentes: 5 objetos de madera: un fantasma blanco, un ratón gris, una botella verde, un libro azul y un sofá rojo, 60 cartas y el manual de instrucciones.
Objetivo del juego: ser el que consiga ganar el mayor número de cartas.
Cómo se juega: El juego consta de diferentes cartas en las que aparecen representados los objetos de madera. Los cinco objetos se colocan en el centro de la mesa. Se comienza sacando una carta. Si en la carta aparece un objeto que coincide en forma y color con los que tenemos de madera, hay que ser el más rápido en cogerlo, por ejemplo si en la carta sale un fantasma blanco con una botella gris, tendríamos que coger el fantasma puesto que coincide en forma y color. En el caso de que no aparezca nada igual, hay que coger el único objeto que no coincide ni en color ni en forma, otro ejemplo, si en la carta hay un ratón verde y un sofá blanco tendríamos que coger el libro azul, puesto que no aparece ningún libro ni el color azul en la carta.
Cómo lo jugamos nosotros:
Para jugar con los niños de 5 años realizamos la siguiente adaptación: buscamos los mismos objetos que el juego original pero en grande y utilizamos solamente las cartas en las que aparecía el fantasma.
Para despertar su curiosidad y atraer su atención comencé contándoles una historia sobre un fantasma muy travieso al que le gustaba jugar con los objetos que encontraba en la casa encantada donde vivía (todo muy acorde con Halloween). Para hacerles más partícipes, durante esta charla previa estuvimos hablando de los objetos que veían y de los colores que aparecían.
A continuación, seguí explicándoles las instrucciones adaptadas diciéndoles que cada vez que mostrase una tarjeta, tendrían que ir corriendo lo más rápido posible a tocar el objeto con el que aparecía el fantasma. Les puse ejemplos para que lo comprendieran.
La clase está dividida en 4 mesas de colores (verde, amarilla, roja y azul) así que aprovechamos esta disposición para hacer 4 grupos. Competían dos mesas y las otras dos esperaban en las gradas animando a sus otros compañeros.
Pusimos los cinco objetos en un lado del patio.
A ellos los colocamos en el otro extremo en dos filas, una por cada mesa y unos detrás de otros. Los dos primeros de cada fila eran los que tenían que ir a tocar el objeto.
Cuando estaban preparados y atentos les mostraba la carta y ¡a correr!
Lo hicieron todos fenomenal.
Una vez que terminaron los dos grupos, como teníamos todavía algo de tiempo y a ellos les estaba gustando tanto, decidimos añadirle un poco de dificultad a la segunda ronda, esta vez debían fijarse en el color del objeto con el que aparecía el fantasma e ir a coger el objeto que era de ese color. Os pongo un ejemplo, si el fantasma aparecía con un libro verde no tenían que coger ya el libro, sino pensar qué objeto era de color verde y salir corriendo hacia la botella.
Como os podéis imaginar esta actividad ya requiere más recursos cognitivos, a algunos les costó un poquito más, pero se hizo hincapié en que estaban aprendiendo cómo se jugaba.
Estas adaptaciones del juego vienen de la mano de Justi, de El Bosque de Goodys y de Dani, de Alquimia Juegos (recordad que a la derecha tenéis los enlaces a sus muros de Facebook) y también de la maestra de audición y lenguaje del colegio.
Qué trabajamos: este es uno de mis juegos favoritos y el de muchos otros compañeros por la cantidad de habilidades que se pueden trabajar, pero sobre todo por lo divertido que es. Lo consideramos imprescindible en cualquier ludoteca ya sea familiar, de un colegio o de un gabinete.
- Psicomotricidad gruesa: al no ser el juego «de mesa» y tener que ir corriendo a por el objeto. Si habéis jugado al Fantasma tradicional, os recomiendo que lo probéis de esta manera, el juego adquiere un plus de dificultad muy interesante. Tuve la oportunidad de probarlo en las pasadas LES (aquí os explico qué son) y me sorprendió gratamente.
- Discriminación visual: de los diferentes colores y objetos.
- Memoria de trabajo: tienen que retener en su memoria por un breve periodo de tiempo el objeto al que tienen que dirigirse.
- Control inhibitorio: deben controlar la impulsividad y no salir corriendo sin mirar la tarjeta y sin pensar a dónde tienen que dirigirse para coger el objeto.
- Velocidad de procesamiento: el más rápido en procesar la información saldrá corriendo antes y llegará el primero.
- Flexibilidad cognitiva: como se les dieron dos instrucciones diferentes, debían ser capaces de pasar de una a otra, no quedarse fijados en la primera.
A parte de otros aspectos como la tolerancia a la frustración, gestión emocional, el tiempo de espera y el respeto de los turnos.
Cómo se lo pasaron: podría resumir esta sesión con una frase: «¿podemos jugar un poquito más?». Les encantó, permanecieron todos muy atentos y concentrados, esperaban su turno tranquilamente y corriendo se esforzaron al máximo.
Alguno se disgustó un poco al equivocarse, pero para eso también sirven los juegos de mesa, para aprender a manejar la tolerancia a la frustración.
Conclusión:
La segunda variante del juego les costó un poco más, pero seguiremos jugando al Fantasma más veces, así podremos ver su evolución.
Algunos padres me cuentan que sus hijos cuando les preguntan ¿mañana qué día es? y les responden que es viernes, dicen ¡qué bien, mañana viene Ruth a jugar!
Parece que les está gustando (¡y a mi también!)
Deseando ya que llegue el próximo día.
Y tu, ¿te animas a probarlo? Cuéntanoslo en los comentarios.