¡¡Ta ta ta chán!!
Y a continuación os presento el segundo juego de este trimestre:
Obstgarten das kartenspiel.
Ay no, que os lo he puesto en alemán. Nada, nada, os lo traduzco.
El frutal juego de cartas.
¡Así mucho mejor!
Aunque ellos lo llaman “el del cuervo”.
Ya que os voy a hablar de este juego, no quiero dejar pasar la oportunidad de agradecer a El Pequeño Rincón de los juegos de mesa ese sorteo en el que me tocó este juego (cuánto tiempo hace ya) y a Planetongames la rapidez en enviármelo.
Os cuento el por qué de esta elección. Como os dije cuando comenzamos el segundo trimestre, quería juegos en los que no hubiera mucha confrontación directa. En las conclusiones del primer trimestre vimos que ese tipo de juegos no había funcionado mucho con niños tan pequeños.
Este juego es colaborativo, por lo que o ganan todos o pierden todos, tienen que conseguir un objetivo en común. Parece que esto les motiva más.
El juego de la semana:
Nombre del juego: El frutal juego de cartas.
Editorial: Haba.
Autor: Anneliese Farkaschovsky.
Ilustraciones: Ina Hattenhauer.
Edad: de 3 a 6 años.
Número de jugadores: entre uno y seis niños. (¡Estamos en ratio!).
Tiempo estimado: entre 10 y 15 minutos.
Componentes: un cuervo, un dado, 40 cartas de frutas, 9 cartas de camino, 1 carta de frutal, 6 cartas de cestos y manual de instrucciones.
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Objetivo del juego: conseguir recolectar todas las frutas entre todos los jugadores antes de que el cuervo llegue al frutal y se las coma todas él.
Cómo se juega: Se colocan las nueve cartas de camino una detrás de otra formando un camino y al final la carta del frutal. Se hacen cuatro montones con los cuatro tipos de frutas (peras, manzanas, cerezas y ciruelas) y se dejan al alcance de todos los jugadores. A cada uno de ellos se les da una carta de cesto para que pongan encima las frutas que vayan recolectando.
Comienza jugando el niño que más fruta haya comido ese día (en las instrucciones de los juegos de Haba son muy originales a la hora de escoger el jugador inicial) y se sigue jugando en sentido de las agujas del reloj.
Se lanza el dado y nos pueden salir varias cosas: uno de los cuatro colores correspondientes a las frutas (si es verde cogeremos pera, amarillo la manzana, rojo las cerezas y azul las ciruelas), si nos sale un cesto podemos coger dos frutas iguales de las que queramos y si sale el cuervo… mala suerte, tenemos que hacer avanzar al cuervo una posición en el camino.
El juego termina cuando se da alguna de estas dos circunstancias:
– hemos conseguido recolectar todas las frutas antes de que el cuervo haya llegado a los frutales. En este caso, ¡hemos ganado!
– el cuervo ha llegado a los frutales y no hemos recolectado todas las frutas a tiempo. En este caso ha ganado el cuervo, ¡ohhhh!
Cómo lo jugamos nosotros: esta vez hemos sido buenos y respetamos el juego tal y como es.
Qué trabajamos: con este juego trabajamos aspectos básicos pero a la vez muy importantes. Es uno de los juegos ideales para que se inicien en el mundo de los juegos de mesa.
Habilidades cognitivas:
- Visopercepción: tienen que ser capaces de discriminar los diferentes colores del dado y las formas de la cesta y del cuervo para saber qué acción tienen que realizar.
- Coordinación óculo-manual: ser capaz de dirigir la mano hacia donde estamos mirando y ajustar ese movimiento. Ser capaz de coger la carta y colocar la fruta en el cesto.
- Planificación: a un nivel muy inicial. Cuando sale el cesto y tienen la opción de elegir se les puede preguntar qué van a coger y por qué. Seguro que cada jugador puede tener una elección distinta. E incluso pueden proponérsela al jugador que está jugando.
Habilidades sociales:
- Respetar el turno: tengo que esperar a que vuelva a ser mi turno para poder jugar otra vez, pero mientras tengo que procurar estar atento a lo que va pasando en la partida.
- Tolerancia a la frustración: puede ocurrir que llegue antes el cuervo y perdamos todos (ya nos ha ocurrido). Por lo menos perdemos todos juntos y quizás nos sirva de reto para querer jugar otra partida.
- Trabajo en equipo: necesitamos a nuestros compañeros para lograr nuestro objetivo, todos nos alegramos cuando sacan una fruta o la cesta y nos ponemos nerviosos cuando sale el cuervo. Este es el punto fuerte de este juego.
Cómo se lo pasan: les esta gustando mucho el juego. Creo que influye bastante que sea cooperativo, así que he conseguido el objetivo que me planteaba al elegir el juego.
Hay que incidirles que el cuervo es bueno, pero que tiene hambre y quiere comer, porque le estaban cogiendo una manía al pobre…
El otro día uno de los niños me dijo que se lo iba a pedir a los Reyes Magos. Esto que puede parecer algo sin importancia, a mi me llena de satisfacción.
Conclusiones:
Desde luego hemos acertado con el juego y está cumpliendo su objetivo.
El frutal de cartas es una de las muchas versiones que hay del juego El Frutal, de Haba. Siempre es un acierto seguro para hacer un regalo a un peque o para empezar a introducir los juegos de mesa.
Y tú, ¿has probado este juego? ¿Has probado alguna de las otras versiones de El Frutal? ¿Les ha gustado a los peques?
La próxima semana más.